Santos Mercado Reyes on 18 Jan 2001 19:23:41 -0000


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[nettime-lat] MARCOS: PAYASO FASCISTA



Marcos Guillén; payaso
Por ENRIQUE CANALES

Cd de México.-Si yo le digo a Marcos Guillén que es un
payaso, desde luego no es
una  forma  amable  de  acercarme  a él, pero si Marcos
Guillén irrumpió matando
gente  inocente  en  Ocosingo  y  San Cristóbal y persiste
en seguir encapuchado
cubierto  de  armamento, Marcos ha sido y sigue siendo mil
veces más grosero que
yo.

En  un  principio pensé que el fin que perseguía Marcos
justificaba la violencia
de su   proceder. Eso me duró pocas horas pues, al saber
que Samuel Ruiz apoyaba
dicha    revuelta,  para mí todo cambió. Luego, al conocer
en detalle el tipo de
sociedad  que desea imponer Marcos en las comunidades
indígenas me puse de pelos
con él.

A  Marcos  le  debemos el dramatizar la tragedia de la
marginación indígena, ese
mérito  no  se lo podemos quitar ni disminuir, lo felicito
por ello. Pero lo que
pretende hacer Marcos con los indígenas es encerrarlos aún
más y marginarlos con
una máscara simbólica y una máscara legal.

Sebastián  Guillén  es  el  clásico salvador que se
convierte en caudillo porque
sabe    aprovecharse de la desgracia y sobre todo de la
ignorancia de los mismos
que dice salvar.

Sé  muy  poco  del  tipo  de vida que existe o que se
permite en los territorios
zapatistas,  no  dudo que todos ahí vivan contentos, pero
ésa no es la cuestión.
Bajo  todos  los dictadores siempre hay unos años
iniciales en donde los pueblos
viven  contentos. Siempre los salvadores infunden ese
sentimiento de liberación,
simplemente  porque  cambiaron  de  opresor.  Bajo
Milosevic,  bajo Sadam, bajo
Fidel,  bajo  Franco,  bajo  Fernando  el  Católico, bajo
Hitler, bajo cualquier
dictador  carismático  siempre  la  gente ha expresado
vivir feliz, al menos por
unos años.

Entonces  la  medida del éxito del experimento social de
Marcos Guillén no es si
los  indígenas  y  seguidores  de Marcos están contentos,
si la gente aprendió a
odiar  al  Ejército,  si  la  gente  se  tapa  la  cara o
se encuera apoyando el
movimiento  zapatista.   La  medida  es  el grado de
libertad que tienen ahí las
gentes para ejercer sus derechos humanos.

Para Marcos Guillén, como para la mayoría de los
dictadores que resultan payasos
simpáticos,  los  derechos  humanos  son  un engaño de la
cultura occidental, un
engaño  de  los  imperialistas,  un engaño del sistema
capitalista o un producto
liberal.

Por  eso,  en  los  Acuerdos de San Andrés que tanto ha
promovido Marcos, no hay
ninguna  mención  a  los derechos humanos sino, al
contrario, hay una referencia
macabra;  ahí hablan del derecho ancestral de los pueblos
a vivir bajos sus usos
y  costumbres.  Nadie  sabe  cuáles  personas con nombre y
apellido pertenecen a
dichos  pueblos  y  nadie  sabe cuáles son los usos y las
costumbres. Los usos y
costumbres  serán las que determinen los caciques del PRI
o caciques indígenas o
los sacerdotes del lugar.

En  el  territorio zapatista me dicen que ya prohibieron
beber alcohol. Entonces
ya    modificaron  un uso y una costumbre. ¿Cuál respeto?
Algunos hablan de esta
medida como algo muy bueno, yo la veo espantosa.


Esta  sola señal es la prueba del espíritu totalitario y
absolutista del régimen
que propugnan los Acuerdos de San Andrés. Estas ganas de
prohibir el alcohol las
había  expresado  don  Samuel Ruiz en  su homilía de
agosto de 1993. Observen el
capricho   autoritario  de  un  caudillo  imponiendo  su
yugo  a  una  sociedad
esclavizada.

Pero  no  me  confundan,  yo  no  soy  el  promotor  del
alcohol, sin embargo me
considero exigente de la libertad que nos otorga los
derechos humanos discutidos
y  aprobados  en  la  ONU  de 1948, más las adiciones a
los derechos feministas,
apoyos a minorías y cuidado ecológico. Estos derechos nos
permiten:
a) beber o no beber lo que queramos,
b)  votar  en  secreto  por  Marcos,  por  un indígena,
por uno del PRI o por un
jesuita apóstata,
c) escoger la religión que nos plene,
d) tener derecho a criticar a las autoridades.

¿En  el  territorio  zapatista  algún  indígena  siente
que tiene el derecho de
criticar  a    Marcos Guillén y a Tacho? No nos hagamos
tontos, en el territorio
zapatista cualquier opositor es declarado traidor, como en
Cuba.

Dentro  de  los  territorios  zapatistas  tampoco  nadie
puede  tener propiedad
personal  ni  de  las  tierras  ni  de su vivienda. Esa
medida es clásica en las
comunidades  con  caciques,  pues  para  un amo, la
propiedad es un poder que le
resta  poder.  La garantía a la propiedad privada es una
de las grandes defensas
liberales  de  la  persona,  pues  algo  evitan  que  los
caciques a nivel local
atropellen  o  expulsen a
cualquier vecino opositor. Por
eso  Fernando  e  Isabel,  los  Reyes  Católicos,
prohibieron a los judíos tener
propiedades,  de  la  misma  forma  Hitler  y Stalin
impidieron que sus enemigos
políticos tuvieran propiedades.

También  parece  ser  que  dentro  de  los  territorios
zapatistas se impide la
afiliación  a  cualquier partido político, no me
extrañaría, pues los dictadores
tratan de evitar que progresen los partidos.

Lo  curioso  es  que Marcos y don Samuel se han quejado de
la marginación de los
indígenas  y  lo  que proponen es una marginación casi
absoluta. Con el deseo de
proteger,  pretenden encerrar a las comunidades en su
propio jugo. Caso parecido
a  los  cegehacheros,  que  pretendían encerrar a la UNAM.
Pero el engaño brota,
pues quieren que les demos un dineral para mantener sus
prisiones indígenas.

De  todas  maneras,  ya  dentro  de  la  política hemos
tenido y todavía tenemos
bastantes payasos, creo que el sistema político mexicano
puede y debe aguantar a
algunos más.

Lo  ideal  sería que Marcos comprendiera que salvo otros
payasos mundiales, como
la  señora de Mitterrand, madre del traficante de armas y
unos 2 ó 3 mil más, el
grueso  del  apoyo  tendría  que  venir  cuando Marcos se
transforme en político
serio,  confiable,  carismático y pueda ganar en
elecciones populares. Esa es la
prueba que distingue a los payasos de los hombres.

Nunca  creí  que  podía  estar  de acuerdo con Bartlett en
nada, pero me pareció
correcta la postura de Bartlett exigiéndole a Marcos
seriedad ante el Congreso y
sobre todo ante la gente. Pero a la gente le encanta el
circo, por lo que en ese
sentido Marcos hace bien en hacerse el payaso. Así gusta
más. Marcos vestido con
corbata se vería más payaso que algunos que actualmente
usan corbata.

Nuestra  sociedad  ha tenido poca oportunidad de
expresarse libremente sobre las
maldades  y bondades de las autoridades. Menos libertad de
expresión ha existido
en las comunidades indígenas y en los barrios cansados de
las grandes ciudades.

Por  eso,  como sucedió en la comuna regiomontana de
Tierra y Libertad, de donde
salió  Beto  Anaya  del  Partido  del  Trabajo, es la
misma sociedad la que debe
"civilizar" a sus caudillos salvajes.

En  ese  sentido, es bueno que Marcos alargue su paseíllo
por varias ciudades de
la    República,  necesitamos  exponer no a Marcos, sino
los planes macabros que
Marcos  les  quiere  preparar  a nuestros indígenas. Yo no
voy a ser cómplice de
quitarles  los  derechos  humanos  a ningún humano y menos
a unas comunidades de
mexicanos.



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