ricardo dominguez on 26 Feb 2001 16:17:23 -0000


[Date Prev] [Date Next] [Thread Prev] [Thread Next] [Date Index] [Thread Index]

[nettime-lat] Haremos política sin el 'glamour' del pasamontañas


Domingo, 25 de febrero de 2001

'SUBCOMANDANTE' MARCOS'
LÍDER DEL EZLN
Haremos política sin el 'glamour' del pasamontañas

IGNACIO RAMONET
     AMPLIAR

El subcomandante Marcos, a la izquierda, con el escritor Ignacio Ramonet, en
la aldea de La Realidad, en la selva Lacandona.


Todo empieza por una carta del subcomandante Marcos que recibo en París en
la que, a la vez que me anuncia la marcha de los dirigentes zapatistas a
México, del 25 de febrero al 11 de marzo, me dice: 'Ya que usted ha seguido
de cerca los principales acontecimientos de estos tiempos globalizados, su
visión amplia y sus profundos conocimientos de la máquina neoliberal sabrán
encontrar el deseo de justicia que alienta nuestra causa'. Y me invita a
acompañarlo en esa marcha. Compromisos anteriores ineludibles para esas
mismas fechas me impiden aceptar su invitación. Pero me siento muy
frustrado. La marcha sobre México de los zapatistas es, como me dice Carlos
Monsivais, 'una idea genial' que ha dejado desconcertada a toda la clase
política mexicana, la cual aún no se ha repuesto del choque del 2 de julio
pasado cuando, después de 70 años de poder, el PRI perdió la elección
presidencial. El propio Fidel Castro, maestro de la comunicación política,
que nunca se había expresado públicamente sobre los zapatistas, ha admitido
que, con la idea de la marcha, 'Marcos da al mundo una lección de buen uso
de la simbología política'. Le respondo a Marcos que no puedo seguir la
marcha, pero que me gustaría venir a verlo en su base de la selva Lacandona
para que me explique el objetivo de esa marcha y sus proyectos futuros.
Marcos acepta. Y después de un viaje agotador y de siete horas de pista de
montaña alcanzo por fin La Realidad, la simpática aldea en el corazón de la
lluviosa selva Lacandona, cerca de la cual se halla el cuartel general
clandestino de Marcos. Me recibe puntual, junto con el comandante Tacho y el
mayor Moisés. Ha leído mis libros, y yo, todos sus escritos (además de
libros sobre él, en particular Marcos, el Señor de los Espejos, de Manuel
Vázquez Montalbán), así que empezamos a conversar como dos viejos amigos.

Pregunta. ¿Tú piensas que fue el zapatismo quien, el pasado 2 de julio del
2000, acabó por vencer al PRI ?

Respuesta. Fuimos indiscutiblemente parte de las fuerzas que vencieron al
PRI. Así como, a nivel mundial, nosotros nos vemos como un síntoma, a nivel
de México, había una serie de resistencias contra el PRI a cuál más
beligerante, y una de ellas fue el EZLN. Pero, fundamentamente, quien venció
al PRI fue la sociedad no organizada. Esta sociedad indefinida, no
organizada, se aprovecha de un hueco -las elecciones del 2 de julio del
2000, y oponiéndose a una gran campaña de corrupción que lanzó el Gobierno
de Zedillo y del PRI para conseguir una vez más la presidencia, decide
decir: 'No'. Queda pendiente de saber qué estaba diciendo exactamente esa
sociedad. La respuesta a este interrogante está abierta. El 'no' no
significaba probablemente el aval a la derecha, ni al PAN, ni a Fox.

P. El país aún está bajo el choque de la derrota histórica del PRI. ¿En qué
medida este momento tan particular le permite al EZLN lanzar nuevas
iniciativas políticas, como lo es la marcha de los comandantes zapatistas
hasta Mexico?

R. El país quiere construir, a partir de la caída del PRI, algo nuevo. Y
nosotros pensamos que, en este momento, junto con la sociedad, podemos
construirnos un espacio como pueblos indígenas que somos. Sin querer tampoco
hegemoneizar ese proyecto nuevo para el país, pero tampoco aceptamos que la
historia se repita y nos quedemos atrás, a la cola. Estamos orgullosos de
habernos rebelado. No sólo contra un sistema injusto, sino también contra un
sistema que nos asigna el papel de pordioseros y que sólo nos tiende la mano
para darnos una limosna. Pensamos que éste es el momento de construir un
lugar digno y servir, como pueblos indígenas que somos, a la construcción de
un Estado nacional en México más justo, y más solidario. Y en este quehacer,
nuestro lugar no tiene por qué ser el último. No queremos volver a ser la
última rueda del carro o el último vagón del tren, sino una parte digna de
esa geografía de la reconstrucción. En la globalización actual se está
cuadrando al mundo y se le están asignando rincones a las minorías
indóciles. Pero, ¡sorpresa!, el mundo es redondo. Y una característica de la
redondez es que no tiene rincones. Queremos que no haya nunca más rincones
para deshacerse de los indígenas, de la gente que molesta, para arrinconarla
como se arrincona a la basura para que nadie la vea.

P. Salir, por primera vez desde 1994, de la selva Lacandona, de Chiapas, y
marchar sobre México representa el final de un ciclo para el zapatismo.
Algunos piensan que esa marcha es una idea genial, otros estiman que tú y
los demás comandantes corréis un riesgo mortal. ¿Cómo vino la decisión de
organizar esa marcha?

R. La marcha es una locura. Pero pensamos que hay otro país, otro México
después del 2 de julio. Y no podemos mantener la misma actitud que teníamos
antes. El país está en disputa. Hemos analizado los resultados electorales y
éstos revelan que la sociedad mexicana está más politizada, mejor informada
y más interesada en participar en la política. Creemos fundamentalmente que
toda la sociedad mexicana, como la sociedad internacional, están convencidas
de que la situación actual de los pueblos indígenas es insostenible y que
eso debe remediarse. Por consiguiente, es el momento en el que confluyen
muchas situaciones que hacen posible que esta deuda que tiene la nación
mexicana con sus pueblos indios pueda ser saldada. Entendiendo que la
mexicana es una nación formada por diferentes pueblos contrariamente a lo
que han afirmado todos los Gobiernos federales desde Juárez, a saber, que es
una nación fundamentalmente mestiza. No. Es una nación formada por
diferentes pueblos.

P. Por el momento, todo el mundo parece sostener esta marcha. Hasta el
presidente Fox ha llamado 'a la nacion entera' a apoyar la marcha. ¿Cómo
crees que va a reaccionar la sociedad al paso de la caravana zapatista?

R. La sociedad va a responder. Entiende que los indígenas luchan por ocupar
su lugar. No queremos ser nunca más espectadores o que alguien nos resuelva
nuestro problema. Éste es el momento. La marcha, además de resolver el
problema de los pueblos indígenas, le abre la puerta al EZLN, a los
zapatistas, a los guerrilleros armados y encapuchados, la posibilidad de
hacer política sin el glamour o sin el muro del pasamontañas y de las armas.
Para nosotros, mientras sigamos así y aquí, el quehacer político tiene esa
limitación. Y nosotros queremos algo que nos proyecte, no que nos limite. Y
por eso observamos que no todo el mundo sostiene esta marcha. Vemos la
reacción de la derecha mexicana o de los grandes sectores del dinero en
México a nuestra salida. Ellos dicen: 'No vamos a saber qué hacer con ellos
fuera, haciendo política. El problema no es el pasamontañas, el problema es
que no les queremos fuera. Que no se llegue a un acuerdo de paz. OK que
salgan en los medios, que den sus conferencias de prensa, que los
entrevisten, que se formen caravanas de ayuda, pero que no vengan a México a
hacer política, porque su propuesta nos desarregla. No queremos a los
zapatistas haciendo política fuera. No queremos la paz. De acuerdo, es muy
costoso eliminarlos militarmente, pero podemos seguir apostando a que se
vayan agotando políticamente'.

P. Tu relación con la violencia es muy singular. Encarnas de cierta manera
el antiterrorismo. El zapatismo es un movimiento armado, pero no ha cometido
jamás un atentado. Tampoco reclama la independencia, ni la secesión; al
contrario, exige que Chiapas esté mejor integrado en el seno del Estado
mexicano. ¿Qué tipo de guerrilla conduce el EZLN?

R. Aunque los indígenas sean los más olvidados, el EZLN se levantó en armas
para reclamar democracia, libertad y justicia para todos los mexicanos, y no
sólo para los indígenas. No queremos la independencia, queremos ser parte de
México, ser indígenas mexicanos. El EZLN está organizado como un ejército y
respeta todas las disposiciones internacionales para ser reconocido como
ejército. Siempre hemos cumplido con las convenciones internacionales y las
leyes de la guerra. Declaramos las hostilidades formalmente, tenemos
uniformes, grados e insignias reconocibles y respetamos a la población civil
y a los organismos neutrales. El EZLN tiene armas, organización y disciplina
militares, pero no practica el terrorismo, ni nunca ha cometido atentados.
El EZLN lucha para que ya no sea necesario ser clandestino y estar armado
para combatir por la justicia, la democracia y la libertad. Por eso decimos
que luchamos por desaparecer.

P. En un texto tuyo ya habías anunciado, hace años, tu intención de marchar
hacia México, donde el zapatismo, tal como lo conocemos ahora, podría
desaparecer y convertirse en un partido normal. ¿Mantienes ese proyecto?

R. Sí. Para transformarnos en una organización política. Establecemos una
diferencia entre partido y organización. Porque nuestro quehacer político no
es tomar el poder. No es tomar el poder por las armas, pero tampoco por la
vía electoral o por otra vía, putchista, etcétera. En nuestra propuesta
política, nosotros decimos que lo que hay que hacer es subvertir la relación
de poder, entre otras cosas porque el centro del poder ya no está en los
Estados nacionales. De nada sirve, pues, conquistar el poder. Un gobierno
puede ser de izquierda, de derecha, de centro y, finalmente, no podrá tomar
las decisiones fundamentales. Y tampoco soñamos con tomar el poder en el
seno de los grandes organismos financieros. De lo que se trata es de
construir otra relación política, ir a una ciudadanización de la política.
Finalmente, los que damos sentido a esta nación somos nosotros, los
ciudadanos, y no el Estado. Vamos a hacer una política sin pasamontañas,
pero con nuestras mismas ideas.

P. Tras la llegada de la marcha a México el domingo 11 de marzo, ¿va Marcos
a desaparecer ?

R. Lo que va a cambiar cuando se firme la paz es que una organización
político-militar como el EZLN va a dejar de serlo. Esa organización va a
dejar de tener las relaciones de mando que existen en el seno de una
estructura político-militar. Y, fundamentalmente, la figura de Marcos se ha
construido alrededor de este movimiento. Cuando habla Marcos, habla un
movimiento, un colectivo. Y eso es lo que le da fuerza e interés a lo que
dice Marcos. Cuando este movimiento se transforme y pase de ser un ejército
a ser una fuerza política, ya no será igual. Probablemente se descubra
entonces que la calidad literaria de los textos del sub no era tan buena
como se pensaba. Que sus análisis críticos o de ciencias sociales no eran
tan acertados, etcétera. En el momento en que esto desaparezca, se va a
desmitificar la figura de Marcos y todo lo que gira en torno a ella. Eso no
quiere decir que Marcos vaya a dejar de luchar, que Marcos se vaya a dedicar
a cultivar hortalizas o a otra cosa. Pero se va a modificar radicalmente el
entorno que hizo posible a Marcos, al EZLN.


_______________________________________________
nettime-lat mailing list
nettime-lat@nettime.org
http://www.nettime.org/cgi-bin/mailman/listinfo/nettime-lat