Silvestre BYRON on Tue, 21 May 2002 02:19:02 +0200 (CEST) |
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[nettime-lat] EAF - "DIETRICH, EL MYTHOS MARLENE" |
"DIETRICH, EL MYTHOS MARLENE" Una década Símbolo de sexo creado por Von Sternberg, fue actriz-estrella de Fritz Lang y Alfred Hitchcock, Orson Welles y Billy Wilder; como cantante de music-hall y cabaret interpretó a Friedrich Holländer y a Bob Dylan. Estuvo con David Bowie y The Beatles. Mujer-personaje, Marlene Dietrich pervive en CD’s y DVD’s, en la vía móvil de Internet y en la civilización de los íconos. Memorabilia.- A una década de su desaparición física ocurrida en mayo del ’92 en París, hay una productividad Dietrich en incremento. Desde sus últimas películas, Marlene (Alemania, 1982-84), una interviú de Maximilian Schell, y The Dietrich Songs (Francia, 1990), un doc musical de Henry Moore y Jack H. Moore, la imagen-Marlene fue actualizada por el cine, la televisión, el cable y los sites de Internet. CINE Marlene Dietrich: Her Own Song (Alemania, 2000) de David Riva con Maria Riva, Burt Bacharach, Hildegard Knef, Nicholas Josef von Sternberg, Rosemary Clooney, Volker Schöndorff; narrada por Jamie Lee Curtis. Die Macht der Bilder: Leni Riefenstahl (Francia-Bélgica-Alemania-Reino Unido, 1993) de Ray Müller. TELEVISION-CABLE Hitlers Frauen (Alemania, 2001), mini (6 episodios) de Stefan Brauburger y Oliver Halburger. Marlene inventing Dietrich (EEUU, 2000) de Angie Corcetti. Das Dritte Reich – in Farbe (Alemania, 1998) de Michael Kloft. Marlene Dietrich: Shadow and Light (Reino Unido, 1995) de Chris Hunt con Maria Riva, Richard Todd, Glynis Johns, James Stewart, Stan Freeman, Billy Wilder; narrada por Peter Riva. INTERNET Marlene.com German-way.com/german/dietrich.html Ivnet.co.at/stresf Hco.hagen.de/austellung/marlene/enl1.htm Silent-movies.com/Ladies/Pdietrich.html Snafu.de/~fright.night/marlene-dietrich.html Bomshells.com/gallery/dietrich Puettner.com Eonline.com/Facts/People/0,12,4455,00.html Kymlicka.ca/stephen/dietrich Falling-in-love-again.com Demon.co.uk/kdm/blueang.html Mdle.com/classicFilms/FeaturedStar/star55ab.html Geocities.com/Hollywood/studio/3654/dietrich.html -leland.stanford.edu/~brooksie/Marlene/Dietrich.HTML Probado. Un probado fenómeno sociológico de la civilización de la imagen. Al presente hay más Marlene en la pantalla efectiva que en su anterioridad. Sus piernas perfectas, su voz grave y su lúbrico giro, están en superficie. En la era de Madonna, en el espacio Madonna, hay Dietrich por donde uno mire. Sustentado por el sistema de estrellas hollywoodense (y la mismidad de “la” Dietrich) el ícono revela a la actriz, a la cantante y la bailarina. Pero también a la escritora, la modelo y la soldado. Hay registros de sus diligencias en el cine y el teatro, la radio y la televisión; en el frente. Su vida privada, incluso, es pública. El idilio madre e hija, Marlene-María Riva. Únicamente su postrimería queda fuera de registro. Su aviejamiento; la insania. Su inhumación, inversamente, también es pública. En la era de Madonna, todo Dietrich interesa. Su imagen, su voz, su estilo. Los fastos de su carrera. El vestuario, su correspondencia, los efectos personales. Un legado codiciosamente perseguido. Fetichismo, transferencias. Santa Marlene Dietrich ¿culto de latría, idolatría? Proyección-Identificación A juicio del sociólogo Edgar Morin (Cf. Eco Contemporáneo # 4; 12/62) existe una “complejidad” inherente al sistema de estrellas y la diégesis de la representación visual institucionalizada. Es la correspondencia proyección-identificación que la imagen genera. Por un lado la representación visual induce al mimetismo y la catarsis. En tanto ficción conciente, la imagen penetra en el cerebro como un modo de conocimiento. Proyección } Mimetismo-Catarsis Identificación Perdidos algunos controles internos, en tanto ficción inconciente, la representación visual también ocasiona obsesión y psicosis. Proyección } Obsesión-Psicosis Identificación Como gráfico de identificación y de proyección, llevada a lo absoluto, la imagen deriva a la alienación del espectador. La imagen amoral Por último, la representación visual también señala su magismo y su complacencia conforme la alternativa mimetismo-catarsis/obsesión-psicosis denominen la proyección e identificación del espectador. Por sí mismo la imagen es indiferente. Escéptica o impasible. Por entero displicente ante sus contenidos. Solo el contexto le asigna valores. Su manipulación. En tal sentido cada representación adhiere al acto mágico o a la complacencia acorde a la intencionalidad de su operador. Según éste oriente la representación como vía de conocimiento o de alienación. No hay cosa más amoral que una imagen. Todo depende, en última instancia, del epígrafe o la locución en off. Memorabilia Investigación Periodística de Marco A. Cucco MARLENE DIETRICH EL CENTENARIO DE UNA DIVA Nació el 27 de diciembre de 1901 y murió el 6 de mayo de 1992. A partir de mañana, Berlín se vestirá de fiesta para recordar la figura y el mito de la mujer de mirada penetrante y ambigua sexualidad. A los pies de Lola Lola caía rendido el profesor Immanuel Rath en El ángel azul. Ella, tan carnal, con su pierna levantada, sus labios intensos, su mirada provocadora, lograba hacer con él lo que quería. Acaso sea esa la primera imagen que el mundo conoció de Marlene Dietrich, en el primero de los siete filmes que hizo para el director vienés Josef von Sternberg. Apoteosis del estilo, películas como ésta, El expreso de Shanghai, Marruecos o La venus rubia pusieron en órbita y consagraron una mujer y una imagen: Marlene, la exótica, la comehombres, la bisexual, la misteriosa diva. Como escribía Andrew Sarris en su libro sobre los filmes de la dupla: “La superficie se convierte en la esencia”. Mañana se cumplen cien años del nacimiento de Marlene, ícono visual surgido de la República de Weimar y hoy convertido en mito incuestionable. Y será en el Berlín de sus años jóvenes en la que se celebrará la fecha histórica. La “fiesta de cumpleaños” oficial será el viernes 28, y se tratará de una celebración masiva en la que participarán varios artistas –entre ellos, Ute Lemper- cantado canciones que la diva supo hacer populares. Pero los fanáticos incondicionales de la actriz de Testigo de cargo y Sed de mal no dejarán pasar el jueves así nomás: planean una peregrinación a su tumba en el cementerio municipal de la capital alemana, para colocar allí sus ofrendas florales. Esa misma noche, el Museo de Cine de Berlín exhibirá filmaciones privadas de la vida familiar de la diva así como la única copia existente de un legendario concierto que dio en 1963 en Estocolmo, Suecia. El asunto no culmina allí. En el Teatro Renaissance será puesto en escena el musical Marlene Dietrich, mientras que en uno de los cineclubes de la ciudad arrancará una amplia retospectiva con más de 40 de sus películas. Y en el Museo del Cine de esa ciudad podrá ser vista hasta el 17 de febrero la muestra Forever Young (Joven para siempre) en la que serán expuestos por primera vez numerosos objetos del legado de la actriz como fotografías, correspondencia, trajes y vestidos, sombreros y portacosméticos. En el Museo Gay de la capital alemana también se honrará la memoria de este ícono perdurable de la comunidad homosexual mediante una exposición que lleva el nombre de Marlene y el Tercer Sexo y que consta de unos 500 objetos de su vida privada y profesional. La muestra documenta su relación con sus colaboradores y admiradores, como así también sus relaciones con amantes femeninas como la cantante Claire Waldhoff o la guionista española Mercedes de Acosta. Diego Lerer. Clarín, Diciembre 26/01.- Imperio Argentina negó haber sido amante de Marlene Dietrich “YO NO FUI” El biógrafo Donald Spoto involucró a Imperio Argentina en un affaire amoroso con Marlene Dietrich. La actriz amenazó con “armar una guerra” en el programa “Memoria” pero finalmente solo tuvo tiempo de desmentir la relación. Eso sí, a Clarín le dijo que piensa demandar al escritor y que la alemana era “grosera e insoportable”. A los 83 años y medio que, según sus propias palabras, “los llevo muy orgullosa”, Imperio argentina vio cuestionada su sexualidad. La actriz y bailarina –española de nacimiento, argentina por adopción- fue incluida en el libro del biógrafo Donald Spoto, El ángel azul, donde el autor narra la vida de Marlene Dietrich. En sus páginas, el autor involucra sentimentalmente a Imperio con la actriz alemana. Y ese fue justamente el motivo por el cual la producción del programa Memoria la convocó para su emisión del último miércoles. “Voy a ir porque acá se va a armar una guerra” anticipó la actriz a Clarín. El miércoles a las 22.30, Imperio ya estaba lista en la puerta de su casa, un piso sobre el teatro Gloria donde se presenta los fines de semana con el espectáculo El corazón de buen humor. Vestida de negro y con un tapado violeta aguardaba tranquila la llegada del remise. Pero no estaba sola. Seis hombres la rodeaban como celosos guardaespaldas. Secretario, representante, asistente, fotógrafo y dos de los bailarines que la acompañan en el teatro: Pepe Marchena y Vicente Parra. Los seis pendientes de las necesidades de la dama. “Estoy muy bien acompañada, ¿no te parece?”, dijo pícara casi con un guiño. Al llegar al estudio mayor de Canal 9 –desde donde el programa que conduce Chiche Gelblung sale al aire-, Imperio no aceptó la oferta de sentarse en una silla y se refugió en un pequeño buffet improvisado detrás de cámaras que constaba de dos mesas rojas de plástico donde reposaban varios vasos de cotillón, botellas de agua mineral, dos termos con café y un tarrito de azúcar. La dama ubicó su cartera dorada en el borde de una de las mesas y hurgó durante varios minutos en busca de sus pastillas contra la alergia hacia el castaño. “Sobre la Avenida de Mayo donde vivo, está lleno de estos árboles y me hacen muy mal”, explicó. Luego, llegó el momento de salir al aire. Imperio estaba tranquila. Sólo se mostró preocupada por conocer la exacta pronunciación del apellido Gelblung. Finalmente, optó por llamarlo Chiche. Se quitó el tapado y ocupó su lugar. A las 23.50, cuando le tocó su turno, ya se advertía que no restaba demasiado tiempo y el conductor sólo alcanzó a leer el párrafo del libro que involucraba a la señora. Ella atinó a decir que todo era mentira y que Marlene Dietrich era una mujer grosera e insoportable. “Tuve oportunidad de conocerla en el ’32, pero nunca fui su amante”, sentenció Imperio. A la medianoche, cuando el programa ya había concluido, Imperio Argentina expresó a Clarín: “Me parece muy bien venir a este programa. El hombre que escribió esto es un canalla y le voy a hacer un juicio por muchos millones de dólares. Yo no tengo problemas con los homosexuales, ¡pero yo no lo soy! Lo que pasa es que este es un escritor que se mete con los muertos porque no pueden defenderse. Y él cree que estoy muerta como dice una enciclopedia americana. Pero estoy viva y si no gano el juicio, voy a viajar a los Estados Unidos para hablar con el presidente por las dos calumnias que se publicaron acerca mío: que soy lesbiana y que estoy muerta. ¡Por favor! Acá estoy y soy bien mujercita”. Y se alejó pequeña, inquieta, con seis hombres alrededor. Que no es poco. Fernanda Iglesias. Clarín. Junio8/94.- Berlín recibió el legado de Marlene BERLIN (EFE).- El impresionante legado de Marlene Dietrich, el más importante que haya dejado hasta ahora un artista de cine, fue entregado por la hija de la diva, María Riva, a la ciudad natal de la estrella, Berlín. La colección está compuesta por más de 100.000 piezas, y constituye una valiosa documentación sobre la vida de la estrella, la historia del cine, y la del siglo XX, pues Marlene, con su empeño y disciplina prusiana, lo conservó todo desde su más tierna infancia hasta lo últimos años de su vida. La entrega del legado tuvo lugar en el Teatro Alemán, en el que la actriz actuó cuando era una debutante. Riva entregó simbólicamente al responsable de Cultura del gobierno regional de Berlín, Ulrich Roloff-Momin, las dos muñecas-talismán de su madre. Una de ellas, una negrita de trapo, estuvo en los camarines de Marlene desde sus comienzos berlineses hasta sus últimos recitales parisinos, y aparece en “El ángel azul” y en “Marruecos”; la otra es una chinita con sombrero de paja, que proviene del rodaje de “Shanghai Express”. “Si supieran ustedes lo que Spielberg quería pagar por esta muñeca –dijo María Riva refiriéndose a la muñeca negra-: está furioso”. Todo para Berlín Spielberg no es el único que estará frustrado: varios museos, estudios cinematográficos y coleccionistas de los Estados Unidos estaban interesados en la herencia, y hasta había un jeque árabe que quería construir un museo Dietrich en el desierto. Los herederos, sin embargo, prefirieron que el legado no se dispersara y que se lo llevara entero la ciudad de Berlín, a pesar de que podían haber conseguido de otros mucho más de lo que ha pagado finalmente la capital alemana: cinco millones de dólares. “Nos decidimos por Berlín –explicó la hija de Dietrich en su discurso- porque no queríamos hacer un museo como para una estrella, con lentejuelas y plumas, sino uno sobre la historia de una mujer de mundo, que no sólo fue una actriz sino también, por ejemplo, una demócrata que se opuso al nazismo.” Anticipos Los que asistieron al acto pudieron ver una pequeña muestra de la colección: la famosa tarjeta de “El ángel azul”, que representa a Lola con faldita de plumas que se levanta al soplar; su típico frac blanco con sombrero de copa, el corpiño de bailarina española que lució en “El demonio es una mujer” y cartas de Jean Gabin o de Ernest Hemingway. Para poder ver el resto de la colección, formada por más de 10.000 fotos, centenares de trajes y objetos personales, guiones, películas, diarios y su correspondencia, habrá que esperar a 1995, año en que está previsto presentar una amplia muestra en ocasión del centenario del cine. En 1998 el legado de Marlene encontrará sede definitiva en un museo del cine, que aún está en proyecto, y que estará emplazado en la famosa Alexanderplatz de Berlín. La Nación. Octubre 26/93.- El mito de Marlene Dietrich es revisado con crudeza por su hija Sin piedad: la autora revela con gran dureza la larga trayectoria artística y personal de la protagonista de “El ángel azul”. PARIS (AFP).- Siete meses después de la muerte de Marlene Dietrich, su hija María Riva explica todos los detalles de la vida de su madre en un libro duro, sin concesiones, con revelaciones en muchos casos desvergonzadas que destruyen el mito de la estrella. La obra, titulada simplemente “Marlene Dietrich”, fue publicada en España y en Gran Bretaña, y dentro de unos días aparecerá en Francia y en los Estados Unidos. En 850 páginas que se leen como una novela, ilustrada con fotos inéditas, cartas y extractos de diarios de la actriz, María Riva ajusta cuentas. En frases tajantes, hace el retrato de una madre exigente y vampiresca, una Marlene “a la vez creadora y conservadora del mito Dietrich”. “Siempre clasifiqué mis recuerdos de infancia según los lugares donde vivíamos, las películas de mi madre, sus amantes y loa acontecimientos mercantiles que nos ocurrían”, afirma María, cuya adolescencia evolucionó a la sombra de la estrella y acabó con la violación a manos de su institutriz. Hombres y mujeres María evoca además la bulimia sexual de Marlene que, no obstante, reconoció “no haber sentido nunca nada con ningún hombre”. También enumera la lista de amantes, masculinos y femeninos, que después “borraba de su memoria, como si nunca hubiera existido”. Explica en el libro sus relaciones con el escritor Erich María Remarque, con el actor Jean Gabin, con Frank Sinatra y con Yul Brynner, del cual estaba persuadida, a los 50 años, que podría haber quedado embarazada. El coraje y la entrega de Marlene al bando aliado, en el frente, no es visto con buenos ojos por su hija. “Fue su mejor papel, el que le valió su mejor éxito. La prusiana se encontraba en su elemento, su alma de alemana inflamaba la tragedia de la guerra”, escribe la autora. “Mi madre está haciendo la guerra a golpe de canciones, lentejuelas, sexo y compasión”, añade en otro pasaje de un libro que seguramente promoverá la controversia. Excesos y fotos María, que tiene 68 años, también habla de los excesos de Marlene, de su gran consumo de medicinas, anfetaminas y alcohol. Evoca los últimos años de la actriz cuando vivía recluida en su departamento parisiense y no escatima ningún detalle, ni siquiera los más sórdidos: “Sus sábanas –dice- estaban grises y manchadas. Olía mal en todos los rincones”. Añade: “A medida que sus amantes y sus ‘amigas’ morían, ella hacía enmarcar sus fotografías y las colgaba en la pared. El hecho de morir no garantizaba automáticamente un lugar de honor. Era necesario ser célebre, primero, y muerto, después, para estar enmarcado”. La Nación. Enero 2/93. ANTICIPOS. LOS LIBROS DEL ‘93 Marlene Dietrich por su hija Maria Riva Marlene Dietrich, por María Riva (que edita Plaza y Janés, de España) es una biografía escandalosa que revela la intimidad de la más afamada diva en la historia del cine. Riva, su hija, es la autora de este best-seller europeo. Su pluma no se caracteriza, justamente, por el tono piadoso. La Dietrich murió el año pasado a los 90 años. “Mi madre se acostaba con todos, pero prefería a los impotentes (...) tenía un carisma comparable al de Jesucristo o al de Hitler.” La definición pertenece a María Riva, hija de Marlene Dietrich, y autora de la biografía que su madre le encomendó escribir en vida y publicar después de su muerte. Marlene Dietrich no es únicamente la biografía definitiva de uno de los mayores mitos del siglo XX, la vida y obra de una actriz que escandalizó a la moral media de la época y a quien todo se le perdonaba por su extraordinario talento. Es, en sí misma, buena parte de la historia del cine; un relato conmovedor de las relaciones entre una madre fuera de serie –y de órbita- y una hija muy singular. María Riva estuvo estrechamente ligada a la carrera de su madre. Recrea los momentos de mayor apogeo y los del ostracismo que se autoimpuso en su vejez. Desde su butaca privilegiada, Riva presenció las idas y vueltas de la Dietrich, recogió documentos escritos y cientos de cartas y telegramas (de amor y de odio) que le enviaron Jean Gabin, Ernest Hemingway, Orson Welles y John Wayne, entre otros. Todo quedó documentado en esta biografía, un texto inflamado que apasionará a los cinéfilos, pero que también hará las delicias de todos cuantos se interesen en la vida que se ocultaba detrás del rostro más enigmático de Hollywood, detrás de esta “femme fatale” que subyugaba a amigos y enemigos con sólo cruzarse de piernas. Marlene Dietrich falleció en París, en 1992, sumergida en el alcohol. Lo que sigue es parte del relato de su hora final. En 1979, perdió el conocimiento en su habitación. Al despertar, trató de levantarse y no pudo. Volvieron a bajarla por la escalera de atrás y la llevaron al hospital para que le hicieran radiografías. Tenía una fisura en la pelvis. Nada grave, nada de carreras hacia Urgencias en ambulancia a todo gas. Si se quedaba en la cama con los debidos cuidados, se habría curado en menos de cuatro semanas. Ella se negó a ser hospitalizada e insistió en que volvieran a llevarla a su apartamento. Allí se metió en la cama para el resto de su vida. Había encontrado la solución perfecta. Ahora, cuando perdiera el conocimiento, ya estaría en una cama blandita y segura. Ni por asomo le pasó por la imaginación la alternativa de dejar de beber. Rechazó todas las ayudas. Despidió a una legión de fisioterapeutas ansiosos y serviciales y no permitía que se le acercaran enfermeras ni acompañantes cualificadas. En su sanctasantórum no tenían entrada más que los mercenarios que, a cambio de enormes propinas, le llevaba el ansiado whisky. Como la bien organizada alemana que era, reunió en torno así lo necesario para su existencia y creó su propio mundo. La cama era su Cuartel General. Sólo necesitaba una franja muy estrecha en la que dormir su sueño inmóvil, inducido por las drogas. A la izquierda el «despacho»: sobres de todas las formas y tamaños, papel de cartas, blocs, cordel, cinta adhesiva, bolsas para el envío de fotografías, pesacartas, bandejas compartimentadas para sellos, libros, diarios, agendas,. Teléfono, decenas de gafas de lectura, lupas, carpetas, diccionarios, cajas de «Kleenex», gomas filiformes, clips, fotografías, toallitas «Handi Wipes» y su fiel seis-tiros. Desde luego, era de plástico e inofensivo pero hacía ruido suficiente como para asustar a las palomas que arrullaban en el balcón del dormitorio... A la derecha, contra la pared, una estantería abarrotada de cientos de frascos de comprimidos y líquidos, estuches, tarros, tubos y cajas de supositorios: su farmacia particular. Delante de la estantería, una serie de mesitas alineadas al lado de la cama. En ella, un segundo teléfono, lápices, plumas, rotuladores, tijeras a docenas, platos, cubiertos, molinillos de pimienta, hornillos eléctricos, vasos, termos, fuentes, peroles, sartén, cepillos de dientes, cubetas de plástico y relojes. Debajo estaban sus existencias de licor, decantadas por sus mercenarios en altas botellas de agua mineral de inocente aspecto. A su lado, dos pequeños cubos de basura metálicos con tapa en los que echaba las aguas menores, después de orinar en un jarrón de Limoges. Al lado de los cubos de la orina había otro recipiente algo mayor y, encima de él, una vieja cacerola procedente de la cocina de mi padre en la que mi madre recogía el resultado de sus movimientos intestinales. Su juego favorito era el de «ordenar». Yo le llevaba a la cama cajones para ordenar, comentar, etiquetar y luego volvía aguardarlos mientras ella hacía «importantes listas» para que yo supiera dónde estaba cada cosa. No se tiraba nada. Todo era reclasificado, reembalado y reetiquetado, para ser revisado la próxima vez que yo apareciera. Desenterramos un impermeable de Balenciaga de los años cincuenta que, al cabo de más de treinta años, estaba más rígido que una tabla y se quebraba como una oblea cuando lo doblamos. Ella lo examinó muy atentamente. -¡Esto iría bien..., los gusanos no podrán atravesarlo! -Hablaba completamente en serio y no me consintió que lo tirara-. No. Envuélvelo bien y ponlo donde puedas encontrarlo, para enterrarme con él. Durante toda su vida, mi madre hablaba a menudo de su muerte. No del trance en sí sino de sus secuelas, la «conducción», entierro y lugar de último reposo de su cuerpo. Como todas sus narraciones ésta podía ser lírico-romántica, macabra o tener aquel humor tan negro y peculiar en ella. ¡todos estos matices eran consustanciales con la auténtica Dietrich! -Cielo, he pensado cómo puedes sacar de este piso mi cadáver sin que te vean los periodistas: coges una bolsa de basura de plástico negro, tamaño grande, y me metes dentro. Quizás tengas que romperme los brazos y las piernas para que quepa. Luego, le dices a Peter, que es el más fuerte de todos tus hijos, que se cargue el saco al hombro y baje en el ascensor hasta el garaje del sótano. Mientras tanto, tu vas a Pintemps y compras una maleta grande, la traes en un taxi y metéis en ella la bolsa de basura. Después, podéis llevarla a América o a cualquier otro sitio. Adonde vosotros queráis. -Mass, ¿y qué hago cuando me hagan abrir la maleta en la aduana? -¿La aduana? ¡Ahora ya nunca te hacen abrir nada! -Quizás a Marlene Dietrich, no, pero a nosotros, los simples mortales, desde luego que sí. En 1982, las piernas de mi madre estaban completamente atrofiadas. Aunque hubiera querido levantarse, no habría podido. Con su firme determinación habitual, consiguió lo que se había propuesto. Ahora tenía la excusa perfecta para aislarse del mundo. ¿Marlene Dietrich, sin sus hermosas piernas? Inconcebible; esta verdad debía mantenerse oculta dentro de su cama, entre cuatro paredes. Recorte no identificado. ADIOS A UNA GLORIA DEL CINE FALLECIO MARLENE DIETRICH PARIS, 6 (AFP). – La actriz norteamericana de origen alemán Marlene Dietrich, la mítica Lola de “El ángel azul”, murió hoy en París a la edad de 90 años, anunció su nieto Pierre Riva. La actriz y cantante falleció a las 15 horas locales (13 GMT) agregó Riva sin precisar las causas de su deceso. “En vísperas del Festival de Cannes, acostada en su diván, rodeada de fotos de sus amigos, María Magdalena Dietrich murió en París, en un bello día de primavera”, declaró Pierre Riva. Nacida en Berlín el 27 de diciembre de 1901 (la fecha es incierta y algunos hablan de 1902 ó 1904), en 1930 protagonizó “El ángel azul” y gracias a Joseph Von Sternberg, su pigmalión, entró de lleno en la leyenda del cine. Radicada en París desde hace muchos años, Marlene Dietrich vivía recluida desde 1976. Crónica. Mayo 6/92.- Misterio sin revelar PARIS, 6 (AFP).- El 27 de diciembre próximo, Marlene Dietrich habría cumplido años. ¿Pero cuántos? La actriz se llevó a la tumba el secreto de su edad, que preservó con tanto cuidado como su vida privada. Marlene mantenía en el misterio el año de su nacimiento. Según el “Who’s Who” británico y la misma interesada, Marlene habría nacido el 27 de diciembre de 1904. Esta es, además, la fecha registrada en su pasaporte. Según el “Who’s Who” francés la actriz nació en 1902, y según una partida de nacimiento hallada en 1956 en Berlín, habría nacido el 27 de diciembre de 1901. Esta es la fecha que privilegian sus biógrafos. Es decir que Marlene tenía 91 años al morir hoy en su departamento parisiense. Importantes personalidades del arte cinematográfico elevaron sus acongojadas voces en memoria de la protagonista de “El ángel azul”. Voces de dolor Sofía Loren dijo que “la palabra mito se usa hoy tanto que parece vacía de contenido, pero es la que mejor define a Marlene”. El director español Pedro Almodóvar dijo en Cannes, donde asiste al festival cinematográfico, que “no es que me gustara, era mucho más que eso... la llevaba adentro”. Por su parte, el realizador Paul Verhoeven, que presenta en Cannes su film “Bajos instintos”, aseguró que le hubiese gustado contar con ella para esta película ya que, aseguró, “irradiaba, como su protagonista, un perfume de bisexualidad”. La Nación. Mayo7/92.- Reagan iría al homenaje a Dietrich en Berlín El ex presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan y la actriz Audrey Hepburn, entre otras personalidades, asistirán al homenaje de despedida que el próximo sábado ofrecerá la ciudad de Berlín a Marlene Dietrich, quien será enterrada horas antes en el cementerio local. Se calcula que alrededor de 600 personas asistirán a la ceremonia Adieu Marlene, que se realizarán en el Deutsches Theater, uno de los escenarios más famosos de los años 20 y 30. El acto, en el que, entre otras actividades, se proyectarán extractos de películas de la Dietrich, será transmitido en directo por la primera cadena de televisión alemana ARD y por la berlinesa SFB. El entierro en la intimidad La lista del total de asistentes al homenaje no fue dada a conocer. Sin embargo, trascendió que Pierre Riva, el nieto de Marlene, reservó por dos noches 13 habitaciones dobles en un lujoso hotel de la parte occidental de Berlín. El entierro de Marlene Dietrich, a diferencia del homenaje póstumo, será realizado en la intimidad en el pequeño cementerio de Friedenau, donde está la tumba de su madre, Josefine von Losch. “Yo sentía un gran respeto por mi madre, que me quedó desde mi más temprana infancia hasta hoy”, declaró Marlene alguna vez. En un principio se dijo que, a pedido de la actriz, su cuerpo sería enterrado en la tumba de su madre, pero a último momento esta versión fue desmentida por la empresa de pompas fúnebres que realizó el sepelio. A pesar de la reserva y la intimidad con que se llevará a cabo el entierro, desde la una de la tarde del sábado, los berlineses podrán acceder al cementerio para despedirse de la estrella después que fue descartada la idea de exponer el ataúd frente al Ayuntamiento de Schoeneberg, el barrio donde nació la actriz. Clarín. Mayo13/92.- EAF/2002.- Conectate a Internet GRATIS con Yahoo! 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